Luego de rechazar cualquier tipo de negociación con sus secuestradores, Rafael Correa fue liberado por el Ejército leal
Rápida reacción internacional
Los uniformados ocuparon el principal regimiento policial de Quito. Correa fue hasta el lugar y desafió: "Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana". Luego debió ser internado por los gases lacrimógenos tirados a su alrededor.
Durante una comunicación con la televisión pública desde el hospital donde lo mantenían retenido, el presidente de Ecuador había afirmado que "el operativo de rescate" ya estaba listo pero que no había querido dar la orden de asalto para evitar derramamiento de sangre. Ratificó que de allí lo sacarían "cadáver o Presidente".
El jefe de Gabinete, Venicio Alvarado, confirmó que el canciller, Ricardo Patiño, a pesar de haber sido golpeado por el cerco policial, logró ingresar al hospital donde se encontraba retenido Correa, quien volvió a denunciar "un intento de golpe de Estado de un grupo de policías, víctimas de una formidable campaña de desinformación", apoyado por un sector de la Fuerza Aérea, que ocupó el aeropuerto internacional de Quito.
Correa acusó por Radio Nacional a sectores opositores cercanos al ex mandatario Lucio Gutiérrez por la asonada. El Gobierno declaró el estado de excepción y dispuso que las Fuerzas Armadas se hagan cargo de mantener el orden público.
Los presidentes de los países que integran la Unasur, mientras tanto, se reunirán de emergencia esta noche en Buenos Aires. Alvarado reconoció la gravedad de lo ocurrido pero limitó el enfrentamiento a "una iniciativa criolla, expertos en desinformación". El presidente boliviano Evo Morales, al llegar a Buenos Aires, calificó el alzamiento como "un golpe a toda Latinoamérica" y adelantó que le propondrá a sus pares de la Unasur viajar mañana a Quito para respaldar al gobierno constitucional.
Desde la Casa de Gobierno y frente a una multitud, Correa afirmó que fue "es un día de profunda tristeza" para Ecuador. Lamentó que se hubiera derramado sangre de "nuestros hermanos" por un grupo de "desquiciados, que avergüenzan a la policía nacional". Brindó detalles acerca de su cautiverio, luego de haberse acercado voluntariamente a dialogar con los uniformados descontentos y defendió la nueva Ley de servicio público, "que nos permitirá terminar con las prebendas" de un sector privilegiado de la población. Acusó "a los conspiradores de siempre, que han tergiversado todo para obtener por la fuerza lo que no consiguen por las urnas". "Pero el Presidente no ha claudicado, y cuando me extorsionaban les contesté que no perdieran el tiempo, que saldría del Hospital como presidente de una República digna o como cadáver." Más adelante agradeció la solidaridad de todos los presidentes latinoamericanos y de sus colaboradores y afirmó que "la ley no será revocada". Por último exhortó a defender "nuestra revolución ciudadana con más convicción". Los presidentes de los países que integran la Unasur, mientras tanto, se reunieron esta noche en Buenos Aires. El presidente boliviano Evo Morales, al llegar a la Argentina, calificó el alzamiento como "un golpe a toda Latinoamérica" y adelantó que le propondrá a sus pares de la Unasur viajar mañana a Quito para respaldar al gobierno constitucional.
La sublevación de unos dos mil policías ecuatorianos y algunos efectivos militares provocaron el caos en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa, se declaró "secuestrado" por los insurrectos en el Hospital Policial de Quito, y los instó a deponer su actitud para poder negociar. A las 20,30 (22,30 de Argentina) Correa seguía dentro del hospital, donde estuvo "secuestrado" por los sublevados, según sus propias palabras, y se esperaba que de un momento a otro saliera para dirigirse al Palacio Carondelet, donde lo aguarda una multitud.
Los policías se amotinaron desde la mañana en el Regimiento de Quito, el principal cuartel del país, en protesta por la Ley de Servicio Cívico, sancionada ayer, por la que se modifican algunos beneficios salariales de esa y otras fuerzas armadas. La actitud policial se expandió a otras dependencias del país, y generó igual reacción en algunos miembros de tropas regulares, entre ellos de la Fuerza Aérea, que en principio tomaron la pista del aeropuerto de Quito.
El amotinamiento provocó que los bancos y comercios cerraran sus puertas ante eventuales saqueos, mientras se suspendieron los vuelos locales e internacionales y las clases en las escuelas. El Poder Ejecutivo declaró el estado de sitio en todo el territorio por el término de una semana, y delegó el control de la seguridad en las Fuerzas Armadas.
Poco después de ser informado del motín, Correa acudió al Regimiento Quito para intentar dialogar con los sediciosos pero fue agredido por los policías con gases lacrimógenos, según relató el propio mandatario, desde el hospital policial, hacia donde fue trasladado luego del ataque.
Antes, desde una ventana del Regimiento, Correa se quitó la corbata y se abrió la camisa para mostrar que no llevaba protección antibalas, y dijo que no dará marcha atrás en la Ley de Servicio Público. Ya desde el hospital, el mandatario declaró a Radio Nacional que la actitud de la policía "va más allá de un simple reclamo", y atribuyó la rebelión a "un intento de golpe de Estado de la oposición", producto de "una conspiración que se viene preparando desde hace tiempo".
Lo mismo declaró por la noche, cuando seguía en el hospital, ya que un cerco de policías sublevados impedía su salida, por lo que el mandatario se consideró "secuestrado". Correa informó entonces que recibió por la tarde a tres comisiones de los policías insurrectos, a las que les manifestó que "no negociará absolutamente nada" mientras no depongan su actitud. El mandatario aclaró que de los 42 mil efectivos que tiene la Policía Nacional sólo unos dos mil están involucrados en la sublevación, actitud que calificó como "desquiciada, irracional y absurda". cusó a "la prensa corrupta" de distorsionar la información acerca de la Ley de Servicio Civil aprobada ayer y atribuyó a esas distorsiones la reacción de un grupo de policías, a los que consideró mal informados acerca de la norma.
Correa informó, además, que "el operativo de rescate" de la crisis generada por la insurrección de los policías "está listo hace rato", pero que no dio aún la orden de inicio "para permitir que estos insensatos recapaciten". No obstante, advirtió que "los cabecillas de esta traición serán sancionados", y abogó porque este episodio "nunca más vuelva a ocurrir en esta república".
El apoyo a Correa y a mantener la continuidad del estado de derecho se manifestó de inmediato tanto por parte de la ciudadanía, que se congregó en las inmediaciones del hospital, como del resto de las instituciones democráticas y de la comunidad internacional. Los manifestantes, que intentaban llegar hasta el lugar donde estaba Correa, fueron atacados por los policías sublevados con gases lacrimógenos, enfrentamiento que causó al menos un muerto y un número indeterminado de heridos, según informó en conferencia de prensa el ministro de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal.
La cúpula militar, a través de un comunicado, leído por el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Ernesto González, emitieron a poco de iniciado el motín policial un comunicado en el que manifestaron su "respeto al estado de derecho" y llamaron a la policía nacional a deponer su actitud de insubordinación. La misma actitud adoptaron casi de inmediato la Corte Nacional de Justicia, Asamblea Nacional, Consejo de Participación Ciudadana, Tribunal Contencioso Electoral, Fiscalía, Contraloría y Procuraduría, principales instituciones democráticas de Ecuador, manifestaron su apoyo al presidente y llamaron a los policías insubordinados a "deponer actitudes" a través del diálogo por los "canales democráticos".
La crisis motivó una convocatoria urgente a una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que en una resolución condenó el intento de golpe de Estado y manifestó su preocupación por la insubordinación policial. La Unión Suramericana de Naciones (Unasur) también convocó a una reunión de presidentes de los países del bloque en Buenos Aires, hacia donde esta noche viajaban los mandatarios para celebrar mañana el encuentro. La solidaridad llegó vía comunicados, declaraciones de voceros oficiales y llamados telefónicos a Correa, desde todos los países de América latina, la Unión Europea, Estados Unidos y las Naciones Unidas.
El vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas, destacó la preocupación mundial por la crisis y aseguró que su gobierno acudirá a todas las instancias internacionales para evitar que se consume un golpe de Estado. Lucas señaló que han recibido el pronunciamiento "de todos los presidentes de América latina prácticamente", así como de naciones europeas y de grupos como la OEA y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en respaldo a la democracia.
En declaraciones a Radio Nacional, realizadas desde el hospital, Correa sugirió que detrás de la sublevación hay opositores, y se consideró "traicionado" por esos policías, "que no son todos los de la fuerza". "Es un intento de golpe de Estado de la oposición y son ciertos grupos enquistados en Fuerzas Armadas y la Policía que siempre estuvieron, básicamente grupos de la Sociedad Patriótica (el partido de Lucio Gutiérrez)", acusó Correa. "Es clarísimo de dónde viene este intento desestabilizador", añadió el mandatario.
Fuente: www.pagina12.com.ar
Correa afirma que policías sublevados eran infiltrados de Lucio Gutiérrez
Correa agradeció al pueblo ecuatoriano por su apoyo
TeleSUR 30/09/10
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que los policías que se sublevaron este jueves contra su Gobierno y lo mantuvieron secuestrado por más de 10 horas, eran infiltrados al servicio del ex presidente, Lucio Gutiérrez.
"Pronto se descubrió (...) ahí salieron los verdaderos motivos 'nadie ha subido los sueldos como gobierno de la Revolución Ciudadana', me gritaron: '¡Mentiroso, fue Lucio (Gutiérrez)!'. La gente de Lucio, infiltrada, incitando a la violencia, ¡Cuanta irresponsabilidad!", dijo Correa en su primera aparición pública desde que inició la intentona para derrocarlo.
"Tuvo que ir el Ejército a rescatarnos (...) hay muchos infiltrados de partidos bien conocidos que quieren conspirar", agregó.
Ratificó que la ley de Servicios Públicos, aprobada la noche del miércoles y que era, según los rebeldes, la única causa de sus acciones, no será derogada.
"Por supuesto la Ley no será revocada. Con el diálogo todo, con la fuerza nada", dijo.
"Los cancilleres están trabajando en el planteamiento del SICA, todos lo vamos a apoyar" aseguró, al tiempo que dijo que todo el mundo respalda a Correa y la democracia de nación andina.
Por otro lado, subrayó que desconoce si existe alguna conexión entre los grupos de desestabilizadores que han intentado llevar un golpe de Estado en Bolivia y Guatemala, en años anteriores.
Manifestó que apoya a Rafael Correa, quien se encontraba secuestrado en el Hospital Metropolitano de la Policía, en Quito, la capital ecuatoriana.
A Correa "lo vamos a apoyar hasta las últimas consecuencias", aseguró el jefe de Estado guatemalteco, quien además dijo que no permitirán que los fusiles se apropien del Estado de derecho.
En cuantos a las acciones a tomar, señaló que en una primera fase se llevó el pronunciamiento de organizaciones multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y espera que el Grupo de Río también lo haga.
A su juicio, debido al golpe de Estado de Honduras y a este intento en Ecuador se ha luchado por el fortalecimiento de mecanismos multilaterales.
"Hemos estado luchando para fortalecer los mecanismos multilaterales, para hacer más contundente esto se va a fortalecer la Carta democrática de la OEA, para evitar que dinosaurios del pasado puedan quitarle a los pueblos su carácter democrático", aseguró.
A criterio de Colom, la unidad de Latinoamérica apuesta por la democracia, "pese a los dinosaurios que todavía piensan en un golpe mediático, de mercado para justificar y dejar a nuestros países pobres".
Correa explicó que, con la aplicación de la Ley de Servicio Civil, por la que protestaban los policías, se evitan los a busos, aprovechamientos de "bonos espirituales, sobresueldo cada tres meses", por lo tanto el Gobierno prohíbe ese tipo de barbaridades.
"Prohibimos todos esos bonos, canastas, condecoraciones. Lo prohibimos", reiteró.
Subrayó que los efectivos de la Policía Nacional, antes de la llegada de la Revolución Ciudadana, ganaban unos 250 dólares. Ahora "el policía que menos gana, gana 700 dólares, sin necesidad de bonos".
Sobre los señalamientos de los policías que le secuestraron, Correa indicó que los uniformados rebeldes le manifestaron que "no se han tomado en cuenta sus condiciones especiales de trabajo", y dijo que "es todo lo contrario, porque es la primera vez que un Gobierno reconoce beneficios a los funcionarios".
"Por primera vez se toman en cuenta, en el artículo 115, por primera vez se reconoce para la Fuerza Armada, policías, bomberos, sus horas extras, jornadas especiales y remuneraciones".
Rechazó que los policías no hayan leído la ley antes de sublevarse, en este sentido, el presidente Correa culpó a los conspiradores por manipularlos.
"La culpa la tienen los conspiradores de siempre, a través de los email (correos) que mandan tergiversando todo para ver si con la conspiración logran lo que no logran en la urnas", aseveró.
Expresó sentirse profundamente triste por la pérdida de vidas, y pidió un minuto de silencio por los fallecidos en el operativo que lo rescató.
"Los conspiradores de siempre secuestraron al Presidente y para liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno de paz (...) la Policía que ha sido manipulada les pido empezar la reunión haciendo un minuto de profundo silencio", por los caídos.
Reiteró que los policías alzados no son todo el cuerpo, sino sólo unos pocos.
Relato de un valiente
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, relató a los medios de comunicación de su país cómo se aproximó a las inmediaciones del Hospital Metropolitano de manera pacífica para rescatar al presidente Correa, junto a miles de personas.
''Miles de gases lacrimeógenos y finalmente con la mayor tranquilidad con una actitud pacífica llegamos hasta las puertas del hospital y miles de personas'', afirmó.
Explicó la forma violenta y agresiva como fue recibido en el centro de salud, donde los policías sublevados mantenían secuestrado al líder ecuatoriano.
''Dije que yo voy a sacar al Presidente, nos respondieron con gases lacrimógenos, a mí me pegaron en la cabeza'', declaró.
Venezuela advierte que golpe en Ecuador fue fabricado en un laboratorio de EE.UU.
El vicepresidente llamó a los venezolanos a movilizarse a favor de la democracia en Ecuador
TeleSUR 30/09/10
El vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, aseguró este jueves que el conflicto en Ecuador no es una simple manifestación de la Policía Nacional sino "es otro golpe de Estado de laboratorio" de Estados Unidos.
"No es una huelga de policías, sino es otro golpe de Estado de laboratorio del Departamento de Estado de Estados Unidos", sostuvo el vicepresidente venezolano durante un acto público con el embajador de Ecuador en Caracas, Ramón Torres.
Jaua anunció una vigilia permanente a las afueras de la legación diplomática ecuatoriana hasta que triunfe el pueblo, que se encuentra en las calles para intentar liberar al gobernante ecuatoriano, Rafael Correa.
"El comandante en jefe (presidente venezolano, Hugo Chávez) ha pedido que el pueblo venezolano se mantenga en vigilia", declaró.
Chávez llamó a "mantener la movilización en toda las ciudades del país, en respaldo incondicional" a los ecuatorianos.
Fuente: www.telesurtv.net
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