A 13 años de su asesinato, su muerte es un mensaje
vigente para todo el periodismo.
¿Cuándo murió José Luis? No lo sabemos con precisión, pero no fue el 25 de enero de 1997 cuando unos asesinos a sueldo lo incineraron en una cava cercana a Pinamar. Creemos que lo empezaron a matar mucho antes. Quizás en el momento en que los grandes medios tomaron la decisión de no investigar la corrupción política del menemismo, el enriquecimiento de los jefes sindicales, la maldita policía o a la mafia yabranista enquistada en el poder. Con el silencio cómplice, dejaron en soledad a todos los Cabezas que sí ejercían de verdad el periodismo. El crimen fue contra José Luis, pero pudo haber sido contra cualquier otro miembro de la redacción de NOTICIAS o contra los periodistas independientes que cumplían con su razón de ser. Las marchas que pedían justicia, que se multiplicaron durante meses en todo el país, hacían suponer que la sociedad también entendía que no se había matado sólo a un fotógrafo, sino a todos aquellos que permitían el derecho de la sociedad a informarse libremente, para conocer todo, pero en especial lo que quienes controlan el poder no quieren que se conozca.
En febrero de 1997, un mes después del crimen, Jorge Fontevecchia escribía: “La máquina de investigación de NOTICIAS la componen alrededor de 50 periodistas. Un diario de los grandes cuenta con más de 200 periodistas. Es legítimo preguntarse: ¿por qué una redacción de 50 personas descubre, recurrentemente y a lo largo de tantos años, informaciones graves que siempre se le escapan a una redacción que la cuadruplica en tamaño?”
Al final de aquella editorial, el fundador de esta revista concluía con la frase que tituló aquel reclamo social: “No se olviden de Cabezas”. Las razones de su pedido hoy parecen conservar toda su vigencia: “Pero no se olviden de por qué lo asesinaron. No se olviden de reclamarles a los diarios coraje para comprometerse con los temas difíciles en el momento que ocurren y no después. No se olviden de que los gobernantes deben ser eficientes sin hacer trampas. No se olviden de que la corrupción genera mafias. Entonces sí, Cabezas no será olvidado”.
Las razones para no olvidarse nunca de Cabezas
Por Comisión de Libertad de Expresión y Formación Profesional del Sindicato de Prensa de Rosario
Al cumplirse el décimo tercer aniversario de la muerte del fotógrafo José Luis Cabezas, el Sindicato de Prensa Rosario renueva su compromiso con la memoria y contra la impunidad. El mensaje mafioso del brutal crimen y el modo en que se llevó a cabo secuestro, asesinato y calcinación de su cuerpo , estuvo destinado a dar un mensaje ejemplificador a los trabajadores de la comunicación y a la sociedad toda. Ese mensaje recordaba que hay poderes que no se tocan, en los que no debe hurgarse porque para ellos está la protección de una trama siniestra a la que los medios de comunicación no han sido ajenos.
Fue así que los argentinos quedamos azorados: la perversidad del crimen y la idea motor se supo leer: no investiguen, no muestren la verdad, una verdad que por supuesto excedía el rostro desconocido del entonces empresario telepostal Alfredo Yabrán y se relacionaba con un ajeno entrecruzamiento de intereses en donde el poder económico, algunos resortes políticos y todas sus representaciones sociales quedaban involucradas.
En el mes de febrero de 2009, la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires sentenció a prisión perpetua al ex comisario de Pinamar Alberto Gómez, conocido como "La Liebre", quien fue acusado y condenado por liberar la zona para propiciar el secuestro y asesinato del fotoperiodista. En septiembre, el Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó la condena a reclusión perpetua impuesta al ex policía Gustavo Prellezo, quien ya había sido condenado a reclusión perpetua por la Cámara de Garantías de esa provincia en el año 2000. Finalmente, en los meses de noviembre y diciembre, la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó también la condena a prisión perpetua de los "Horneros" Horacio Braga, José Luis Auge y Sergio Gustavo González, pero sólo Gómez y Prellezo cumplen su pena en prisión.
Los aciertos de la Justicia contribuyen al fortalecimiento democrático pero todavía hoy la familia Cabezas, los trabajadores de prensa y la sociedad esperan porque se cumplan con las penas que les han sido impuestas a "Los Horneros" y otros responsables de la muerte del reportero gráfico que entonces trabajaba en Noticias que continúan en libertad.
La lucha debe continuar. Debe trabajarse en contra de la precarización laboral, ésa que hace que un periodista, fotógrafo, camarógrafo esté desprotegido en la cobertura de un tema. Cabezas trabajó casi intrépidamente sin contar con ningún resguardo que atendiera a su seguridad en atención al personaje que trataba de fotografiar, de ponerle el rostro hasta entonces desconocido al apellido de Yabrán. Después de esa foto fue posible todo lo que encierra el concepto de impunidad y la relación entre el asesinato y los intereses poderosísimos para quienes la atrocidad es un simple instrumento, siempre al alcance de la mano.
La tarea de informar a la sociedad, tal como lo hizo Cabezas sigue siendo vital entre los trabajadores comprometidos con la información, muy lejos de los operadores políticos y comerciales que a menudo confunden a la población sobre el verdadero sentido de nuestro trabajo.
Cómo hace 13 años, las cámaras en alto de los fotoperiodistas y el grito ¡Cabezas presente! sigue teniendo sentido: el de lograr una sociedad justa y solidaria y en la que la vida cotidiana de todos los trabajadores, entre ellos los de los medios de comunicación, tenga el valor que corresponde a una concepción humanista, justa y solidaria.
Fuente: Rosario/12
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