FRENTE NACIONAL DE AGRUPACIONES
PERONISTAS NODOCENTES
Con la muerte de María Elena Walsh se apaga una importante expresión de la cultura nacional.
Este reconocimiento va a provocar asombros y críticas por parte de muchos compañeros del campo nacional, pues ella fue una de las tantas escritoras de la Argentina que no entendieron ni quisieron tener nada que ver con los movimientos populares, en los que supuso autoritarismo, fascismo o cosas aún peores.
Pero ocurre, sin embargo, que la cultura nacional no se nutre solamente de aquellos afiliados al viejo yrigoyenismo o luego al Peronismo, así como también muchos afiliados a ambos movimientos han producido obras lamentables que nada aportan a la cultura nacional.
Siempre quisimos ir a verla un día, para preguntarle sobre como veía a la Universidad Nacional y particularmente, si nos conocía a los No docentes y que pensaba. –No pudimos hacerlo. Y además provocarla diciéndole que hacía cultura nacional sin saberlo, como aquel personaje de Moliere que escribía en prosa sin saberlo.
Seguramente hubiéramos discutido y no hubiéramos llegado a entendimiento alguno. Para quienes simplifican todo lo relativo a la cultura, tanto de un lado como de otro, enriquecen nuestro acerbo nacional sólo aquellos que acompañaban a las mayorías populares en su enfrentamiento con la oligarquía, puesto que siendo nacionales en política, deberían serlo en sus obras literarias o teatrales.
Sin embargo, no es así. Esta mujer de ascendencia irlandesa se hundió primero en lo más recóndito de nuestras provincias junto a Leda Valladares para rescatar lo más profundamente auténtico de aquel viejo aroma de la Patria.
Luego, tomó su rumbo propio y encontró su camino en la poesía, en las coplas para alegrar a los pibes o burlarse de los ejecutivos, para meterse con “el diablo inglés” o fulminar a un oligarca en “Necrología” y aportó valiosas composiciones nacionales aunque no se llegase a comprender los fenómenos políticos que le habían tocado vivir. Sorprende quizás, pero se reitera en muchos grandes de la cultura nacional.
Atahualpa Yupanqui, por ejemplo, es indiscutiblemente “el canto de la patria profunda” lo que no le permitió, sin embargo, comprender un fenómeno sociopolítico tan importante como el Peronismo. Apenas se acercó algunas veces pero el incorregible Gral. Perón terminó de asustarlo con un comentario rotundo:- “Pero, escuchame negro, con esa cara, ¿cómo no sos peronista”?
Tenía razón el General pero no le cayó bien al “cantor de artes olvidadas” y se fue a “engrasar los ejes de su carreta” y a componer debajo de la torre Eiffel a París.
Caso semejante es el de Humberto Constantini, otro de los grandes poetas que por haber bebido en las fuentes contaminadas del codovilllismo criollo no pudo entender jamás al peronismo, pero cuya obra es incuestionablemente nacional.
Los que se molesten por esta interpretación, podrán buscar alguna declaración de María Elena evidenciando simpatía por los Kirchner en los últimos años o recurrir a su poema dedicado a Eva Perón o aquel verso donde dice “el que te jedi salía al balcón”.
Pero es tarea vana.
Aquí no juzgamos a la ciudadana Walsh en su definiciones políticas sino a la autora de una obra poética valiosísima, inclusive transgresora por momentos respecto a los grandes poderes de la Argentina reaccionaria, porque como señalaba Hernández Arregui el terreno del arte es muy enigmático y en una misma persona se pueden encontrar muchos errores políticos producto de una conciencia influida por “la colonización pedagógica” y sin embargo, al explayar sus emociones reencontrarnos con su obra donde expresa en sus versos los anhelos y las alegrías del Pueblo.
Mgtr. Santiago Gomila
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