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martes, 10 de noviembre de 2009

VERDE que te QUIERO VERDE:

SOJA



LOS REHENES DE MONSANTO

Por Raúl A. Montenegro*, Córdoba, 27 de marzo de 2008



Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías.

Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero.

Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires.

Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero.

Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano.

Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita.

Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel.

Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja.

Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos.

Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.

Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado.

Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas.

Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.

Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo.

Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados.

Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte.

Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena.

Qué duro es saber que miles de argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja.

Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos.

Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana.

Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo.

Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron.

Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan.

Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua.

Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.


Dr. Raul A. Montenegro, Biologo
Presidente de FUNAM
Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biologia Evolutiva,
Universidad Nacional de Cordoba (Argentina)


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Reportaje a Javier Rodríguez Pardo, miembro de la Red Nacional Ecologista
"Por donde pasa la minería, deja más hambre, más desolación y más saqueo"
por Miguel Espinaco y Daniel Mangona
para la revista quincenal El Mango del Hacha

Entrevistamos a Javier Rodríguez Pardo, miembro de la Red Nacional Ecologista. En este reportaje Javier nos cuenta por qué soja, pasteras y mineras son tres conceptos que forman parte del mismo modelo de explotación, de extracción y saqueo y nos manifiesta su decepción con los gobiernos progresistas de América Latina.

Mango del hacha: Hace algunos días leíamos en el diario Página 12 un reportaje que le hace el periodista Daniel Aranda, intitulado “Soja, pasteras y mineras, el mismo modelo” y queríamos conocer un poco sobre este tema. ¿Como está viendo usted esta situación?

Rodríguez Pardo: Ese título que recoge el periodista, autor de la nota, está bien porque esos tres conceptos son los que forman parte del mismo modelo de explotación, de extracción, de daños, de flagelo que recibe nuestro pueblo, es decir, tanto uno como otro de estos tres puntos que son los que hoy están en todo el país y yo diría en gran parte de América Latina, porque con la minería lo que nos pasa a nosotros ocurre todo a lo largo de la Cordillera de los Andes, así que eso es así. Con respecto a las explicaciones que habitualmente damos, es porque sin territorios, sin suelos, sin agua y sin energía no hay pasteras y sin esos territorios, sin agua y sin energía no hay minería y lo mismo pasa, obviamente, con la soja. El modelo es extractivo porque se trata de arrancar, de saquear, de despojar lo que son los bienes comunes. En un libro, al que alude también el autor de la nota, “Vienen por el oro, vienen por todo” mencionamos el concepto de bienes comunes no de recursos naturales.

Mdh: Hace un tiempo - porque esta lucha empieza hace unos diez o doce años fundamentalmente la referida al tema de la minería - recuerdo que las organizaciones ecologistas decían vienen por el agua y uno se imaginaba que se iban a llevar un barco con agua, pero en realidad el agua es esto, la extracción del oro, la soja, las pasteras...
RP: Claro, muy bien. Si, nosotros explicábamos, en primer lugar lo que estaba mal explicado, porque incluso hacían notas o trabajos de divulgación, etc. Si pudieran envasar el Río de la plata se lo llevan también pero el tema no pasaba por ahí. Pasa porque primero y fundamental, desde hace unos cuantos años nuestros territorios, los de los pueblos del sur están destinados o los tienen destinados, estos países del norte, para que aquí se produzcan, trabajen o funcionen las empresas más contaminantes. Cuando hablo de eso hablo de los libros que se estudian en las universidades del norte donde aparecen en el ranking, arriba de todo, como grandes contaminadores, la producción de aluminio primario que es altamente cancerígena, la pasta de celulosa por las dioxinas y metales pesados que también emiten y por supuesto, en esos países del norte, hoy - Europa por ejemplo después de la declaración de Berlín en la Universidad de Alemania - que terminantemente prohíbe la obtención de oro por cianuración. Sin embargo todas esas empresas vienen a hacerlo en nuestros pueblos, aquí tenemos las empresas de mayor contaminación, daño e impacto ambiental. El vital elemento que ellos no consideran insumos en sus informes de impacto ambiental y que supera incluso a la riqueza que esconde el uso de la energía es evidentemente y fundamentalmente el agua. El agua escasea en esos países. Cuando a nosotros nos decían en las discusiones que teníamos con la Comisión Nacional de Energía Atómica, allá lejos y hace tiempo, con respecto a Gastre (localidad ubicada al norte de la provincia de Chubut, Argentina), de que la energía del futuro es la energía nuclear porque ya el agua escasea y no hay hidroeléctricas que soporten esto en el planeta, pues nosotros les contestábamos sin vuelta de hoja que para que una planta nuclear de 1000 megavatios funcione necesita el caudal del río Sena, por ejemplo, para que la gente tuviera una idea de la magnitud de agua que se requiere, para que sepan que estas plantas nucleares tienen que estar al lado de un embalse como Río Tercero en Córdoba o como la Central nuclear de Atucha al lado del Río de la Plata o como tantas otras. Sin agua esto no funciona, sin agua no hay yacimientos que valgan, hay sitios donde se detectaron vetas con minerales de oro, cobre, plata y demás polimetálicas pero sin agua el mineral no existe, esto es un axioma, esto es una verdad más grande que una casa. Por eso han hecho un tratado binacional argentino-chileno, porque ahí tenemos el caso de La escondida en la zona de Atacama, de Antofagasta allá arriba de todo. Tuvieron que parar la explotación de esa imponente mina chilena de cobre y otros minerales porque no hay agua. Por eso comenzaron a construir dos acueductos del lado salteño (Argentina) para llevar el agua hasta allá, a razón de 6000 litros por segundo, 3000 por cada acueducto. Esta es la realidad, sin agua no hay minería, sin agua obviamente no hay soja, sin territorios ni agua no hay minería ni soja, es decir acá es vital el concepto de territorialidad porque antes de venir con las pasteras tuvieron que hacer las plantaciones de eucaliptus y de pino, de una manera tan subrepticia que todo el mundo creía que invertir en Uruguay era la panacea como decían los medios de comunicación de nuestro país. Con el tiempo los pueblos descubrieron que el destino era ese monocultivo. Hoy Uruguay se presenta ante un fenómeno único en su historia, tiene que importar trigo, esto es lo gracioso, y está lleno de árboles y plantaciones para las pasteras, agua y territorio. Lo mismo la soja en la frontera agropecuaria nuestra que levanta las yungas (valles y quebradas de clima cálido a uno y otro lado de la cordillera), esas explotaciones son de tal magnitud que hay una cortina de polvo en suspensión que impide ver la cordillera y eso es por la deforestación, por la depredación que se hace, por barrer esas yungas o por barrer las plantaciones o bosques nativos y esto es para la soja. Lo mismo ocurre con la minería, exactamente igual.

Mdh: Hubo una lucha muy importante en Esquel (Chubut) con la Asamblea ciudadana por el tema de la minería, también en Gualeguaychú (Entre Ríos) contra las pasteras del Río Uruguay y también hay luchas en muchos pueblos contra la extensión de la soja ¿Cómo ves está la lucha contra todo este modelo extractivo?

RP: Nosotros tuvimos que darnos una herramienta de trabajo, una herramienta de lucha casi de manera natural, no fue una cosa que dijimos “bueno, vamos a construir una unión de asambleas ciudadanas”. Se dio de manera necesaria, casi natural, porque de pronto había el mismo día y a la misma hora, movilizaciones en la misma provincia o en otras provincias y no podíamos estar en todos los lugares, había que planificarlo con tiempo. Entonces se hizo una interrelación de esas luchas, se empezaron a coordinar, surgieron coordinadoras. Ahora hay una unión de asambleas ciudadanas que abarca la cordillera de punta a punta, trabajamos codo a codo con Chile y con otros países de América Latina porque tenemos los mismos problemas, son las mismas empresas y es el mismo daño. Luego a esa unión de asambleas ciudadanas comenzaron a agregarse otras asambleas que forman colectivos importantes como la Asamblea ambiental de Gualeguaychú que también forma parte de la Unión de Asambleas Ciudadanas, como la gente damnificada y desplazada por la represa de Yaciretá y por supuesto no podían faltar grandes asambleas formadas por los colectivos Paren de fumigar, que es la campaña que llevaron adelante los compañeros nuestros del Grupo de Reflexión Rural y del Centro de Protección a la Naturaleza (CeProNat) de Santa Fe. Todos ellos componemos y trabajamos juntos en esta Unión de Asambleas Ciudadanas. Es que solo la unidad, la unión, el trabajo en común nos puede ayudar a enfrentar a estas corporaciones que son el verdadero poder, ahora está clarito que Obama no es el poder, que el poder está detrás de Obama y que él no sabe donde está parado. Esa es la verdad, pues las 4 o 5 cosas que quiso enfrentar no pudo hacerlo porque son las corporaciones, son las transnacionales las que digitan la política mundial y esa globalización que está en esos poderes es lo que nos hace emplear más esfuerzo en una lucha tan desigual. Cinco empresas mineras que hay hoy instaladas en el país giran un monto de dinero equivalente al que pidió Bush al Congreso de los Estados Unidos para resolver el problema de Wall Street, esa crisis financiera tan profunda que sufrió su país y -yo diría- el capitalismo en general. Son sólo cinco empresas mineras y cuando una de estas empresas viaja a la Casa Rosada (Sede del Gobierno argentino) y se entrevista con la presidente el resultado es que horas o semanas después se veta la ley de protección de glaciares. Este es el estado de situación.

Mdh: ¿Cómo se financia la empresa minera Barrick Gold?

RP: El origen de esa empresa es nefasto que viene del contrabando y venta de armas, uno de sus socios iniciales fue Kashoggi, intimo amigo y socio fundador de Barrick Gold junto con Peter Munk y Bush padre, que fuera presidente de los Estados Unidos. En el caso particular nuestro, de cualquiera de nuestros países, tomemos el caso de Argentina y Barrick Gold, la financiación es muy sencilla, viene del anuncio que le hace el país como garante diciéndole a las bolsas de comercio del mundo - donde funciona y acciona Barrick Gold - que en el subsuelo hay cantidades importantes de onzas de oro, de plata y otros metales cuya concesión tiene Barrick Gold. A partir de ese momento las acciones trepan a cifras incalculables a tal punto que, en ocasiones, la toma de utilidades de esas acciones en el momento en que se produce ese anuncio equivale al dinero que va a recibir la propia empresa durante 15 o 20 años con la explotación con el oro. Es decir ganan dos veces. En realidad la financiación de estas empresas es la garantía de nuestros Estados.

Mdh: ¿Y qué pasa con los gobiernos progresistas en América, porque esto fue durante los 90 con el auge del neoliberalismo?

RP: Son una manga de ignorantes, ahí van todos por igual. Yo no quiero decir que estos gobiernos progresistas son corruptos, son una manga de ignorantes, porque si creen que van a resolver el problema de la ocupación, el problema laboral en nuestros países no se dan cuenta que acá en nuestros países no queda absolutamente nada. Si estos gobernantes progresistas tuvieran un poco de memoria o hubieran ido a la escuela se hubieran dado cuenta que, por donde pasa, por ejemplo, la minería, deja más hambre, más desolación y más saqueo. ¿O necesitan más de 500 años para saber que Bolivia está peor que antes? Arrasaron los minerales y la siguen arrasando. ¿O Perú, o Ecuador, o Chile? El 40% del cobre del mundo es de origen chileno y las personas tienen que ir a buscar trabajo a otro lado, del lado argentino hay más chilenos que en Chile si nos ponemos a pensar. Esto no es así, es lamentable que con estos gobiernos con los que nosotros estábamos y seguimos sumamente esperanzados de que esos pueblos que tienen esos “gobernantes progresistas” que firman la Constituyente como firmó Correa en Ecuador, y me consta porque estuve personalmente en Quito y estuve en la zona de la Amazonía, cuando finalmente la Constituyente surge la pisotean, como la ha pisoteado ahora. Su Ministro principal, su mano derecha y responsable de la Asamblea Constituyente era Alberto Acosta y preguntenlé hoy porqué renuncia y por qué se fue y por qué tuvimos un diálogo en la Universidad de FLACSO en Quito donde él explicaba claramente de qué forma se pisoteó la famosa Constituyente. Hoy las puertas están abiertas en Ecuador, están abiertas en todos estos pueblos de gobiernos progresistas, de par en par para las transnacionales y sigue habiendo el daño letal que es la contaminación, destrucción de territorios y saqueo y es hora que nos pongamos de pie y empecemos a llamar a las cosas por su nombre. Yo personalmente estoy muy indignado porque teníamos una gran esperanza por ejemplo con nuestro gobierno, pensando en esas peleas que tenía Kirchner con el innombrable riojano y de pronto lo que hizo fue perfeccionar las leyes del despojo y del saqueo, a nosotros eso nos parece una barbaridad.

del 16/10/2009



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